Utilizadas desde principios del siglo XX por las armadas militares, las chaquetas de reloj fueron diseñadas especialmente para los soldados que servían en las cubiertas de los barcos. El término "vigilancia" se refiere al período durante el cual un marinero está de guardia, a menudo en mitad de la noche, expuesto al mal tiempo y al frío glacial del mar abierto. La guardia puede durar de cuatro a seis horas, según las tradiciones navales.

La principal misión de estas chaquetas era proteger contra el viento, la humedad y el frío. Estaban hechos de materiales resistentes al agua salada, a menudo telas de lana o algodón encerado, con cuellos altos, bolsillos profundos y cremalleras reforzadas para garantizar el máximo aislamiento. Su diseño, dictado por la funcionalidad, se ha ido consolidando como modelo de eficiencia.
A partir de la década de 1930, las chaquetas de reloj se estandarizaron en los uniformes de las armadas nacionales. En Francia, integran el paquete de personal embarcado, especialmente en las fuerzas de superficie y submarinas. Sin embargo, a diferencia del uniforme personal, estas chaquetas a menudo eran prestadas por los militares y asignadas a un barco o estación determinada, y luego redistribuidas según las asignaciones. Los marineros no podían conservarlos una vez completada su misión.

Para facilitar su identificación y distribución, a estas prendas se les colocaron diferentes siglas. La inscripción "MN" (Marine Nationale) estaba destinada a las fuerzas de superficie, mientras que otras marcas designaban unidades específicas como submarinistas, comandos o servicios técnicos. Estas marcas permitieron una gestión logística rigurosa y una rápida identificación en las bodegas y vestuarios de los barcos.
De 1950 a 1990, Coulange participó en este esfuerzo industrial fabricando chaquetas y monos de reloj para el ejército francés, diseñados para resistir las condiciones marítimas extremas. Fabricadas en el taller familiar ubicado en Mayenne, estas piezas cumplen con los estrictos estándares de durabilidad y protección que exigían las especificaciones militares de la época. Coulange, fundada en 1918, era entonces un proveedor habitual de equipamiento textil marítimo del Ministerio de Defensa. Este trabajo de memoria también se relata en nuestro artículo sobre Las diferentes chaquetas de cubierta de la Armada francesa. y en nuestra página dedicada a las chaquetas de cubierta.

Históricamente, la chaqueta de reloj es una prenda militar de compromiso: encarna rigor, resistencia y sentido del deber. Su evolución a lo largo de las décadas ilustra la permanente adaptación a condiciones extremas, con versiones variadas según las armadas nacionales pero siempre fieles al espíritu original: servir en las condiciones más duras.

Un ejemplo notable de este patrimonio lo ofrece la película El cangrejo tambor (1977), dirigida por Pierre Schoendoerffer. Vemos a los oficiales y marineros de la Armada Nacional operando en alta mar, ataviados con auténticas casacas y monos de reloj, similares a los que fabricaba Coulange en la época. La película, reconocida por su realismo militar, muestra este equipo en su contexto original, reforzando su lugar en el imaginario colectivo francés.
Más allá de su uso militar, la chaqueta reloj ha influido en numerosas tendencias estéticas y técnicas en la indumentaria profesional y civil, convirtiéndose en un símbolo discreto de robustez y eficacia. Para profundizar en este patrimonio, consulte nuestro análisis en artículo Coulange Heritage Parka.
