La historia del guisante

Los orígenes marítimos del cobertizo

El cobertizo, un abrigo emblemático y atemporal, tiene su origen en las tradiciones marítimas. Su nombre proviene del árabe "Qaba", que designa una ropa con tela gruesa. Desde el siglo XVII, ha sido llevado por marineros holandeses antes de ser adoptado por la Armada británica en el siglo XIX, seducida por su robustez y su efectividad contra el clima. Inicialmente diseñado para condiciones rigurosas en el mar, el cobertizo se distingue por su gruesa lana, sus botones cruzados, su gran paso y sus bolsillos prácticos.

Evolución y popularización

El cobertizo estaba tradicionalmente en lana azul marino, permitiendo que los marineros se mantuvieran calientes mientras trabajaban en el puente. La Royal Navy lo popularizó al estandarizarlo en sus uniformes, lo que contribuyó a su difusión internacional. Las características del cobertizo (tela pesada, doble abotonamiento y collar grande) fueron diseñadas para proporcionar la máxima protección contra el viento y la lluvia, al tiempo que permiten una gran libertad de movimiento.

La entrada del cobertizo a la moda

Desde mediados del siglo XX, el cobertizo dejó el dominio estrictamente militar para ingresar al vestuario civil. Los diseñadores de moda lo adoptaron por su aspecto elegante y funcional. Se ha convertido en un armario esencial en el invierno, transportado por figuras emblemáticas como artistas y actores. El cobertizo continúa encarnando una cierta elegancia y sobriedad, mientras sigue siendo una habitación práctica y duradera.

Un estilo atemporal

Hoy, el cobertizo es un símbolo de moda atemporal, que combina la tradición y la modernidad. Está disponible en varios cortes y colores, al tiempo que conserva sus características originales que lograron su éxito. Ya sea para un aspecto relajado o sofisticado, el cobertizo sigue siendo una pieza central, ofreciendo una elegancia discreta y una protección efectiva contra el frío.

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